
Detalles de la investigación: El Director del Instituto de la empresa familiar de la alta dirección escuela de negocios, diagnostica que pymes de la región deben mejorar su rendimiento.

De hecho empresarios de la región entrevistados, dicen que entre sus errores incurridos y que han perjudicado el crecimiento destacan los problemas organizativos, conflictos familiares por fallas en la comunicación y administración deficiente, Según comenta el Director, cuando aún está el fundador al frente, las decisiones están concentradas en él, tomadas en buena medida en forma intuitiva con poca información, por no contar con sistemas de gestión adecuados o que ellos mismo los conozcan y que brinden información para tomar decisiones. (En El Salvador, podemos ejemplificar una ferretería que en su época tuvo nombre Panades, falleció el fundador, desapareció el negocio).
Los fundadores no suelen tener preferencia por el área de administración por ello la delegan en personas de confianza o amigos que no siempre tienen las competencias profesionales para brindar la información que la alta dirección necesita.
Cuando la segunda generación se ha hecho cargo de la dirección de la empresa -dice el experto-, las reuniones de trabajo siguen siendo informales con agendas que no siempre se cumplen con un poco más de información gerencial, pero escasa.
El grado de informalidad que padecen muchos jefes de familia en la manera de regir sus negocios es tal que acostumbran profesar que hay que defender a la empresa pero la realidad indica que la empresa termina estando alineada a las necesidades e intereses de la familia y su manera de actuar y pensar que dista mucho en el desarrollo de un negocio formal.
"Si los familiares estuviesen suficientemente capacitados para los puestos claves, y supieran cómo abordar los temas con sus parientes, trabajando con normas claras sobre gobierno corporativo no perderían profesionalismo, todo lo contrario... tendrían un futuro promisorio", expresa.
Sin embargo no todo es negativo en las empresas familiares ya que estas posen fortalezas en la rapidez de la toma de decisiones aprovechando oportunidades que otras empresas requerirían mucho más tiempo para su aprobación.

Tomado de el economista 12 de enero de 2011.
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